martes, 25 de enero de 2011

ETNOGRAFÍA II

UNA FÁBRICA DE GASEOSAS EN HUETE

















En 1941 se funda la “Fábrica de Gaseosas Martínez”, que instala su primera máquina en la calle Mayor nº 5 de Huete. Una empresa desde sus orígenes totalmente familiar, en la que mi padre, Pedro Martínez, no conformándose con su salario en la fábrica de Harinas de Manuel Degando y ayudado por un amigo de Vellisca decide emprender este nuevo oficio.

La fabricación comenzaba en la saturadora donde el agua y el gas carbónico se juntaban, la maquinaria era sencilla y todo se hacía de forma manual puesto que teníamos que darle a una rueda para que moviese la bomba y se metiese así el agua y se saturase de gas carbónico (a 5 atmósferas).

A continuación, pasaba el agua con gas a la llenadora, donde se ponía en primer lugar el tapón corona (como en la actualidad las chapas de las botellas), después la botella de un tercio a la que habíamos incorporado antes el jarabe y por último se llenaba, una vez llena se apretaba y se le quedaba puesto el tapón. Después de envasada, la gaseosa estaba lista para su distribución.

También utilizábamos sifones, había una máquina especial en la que con el agua saturada a 10 atmósferas de gas carbónico se llenaban.


EL JARABE

Para su realización se empleaba sacarina y dulcina para endulzar, ya que el azúcar escaseaba, esencia de limón, ácido tartárico y ácido cítrico. Este ácido tenía que disolverse en agua hirviendo. Se ponían las proporciones adecuadas de cada ingrediente y se echaba todo en una garrafa de arroba de cristal completando el resto de agua.


LAVADO DE BOTELLAS

Una vez que las botellas de gaseosa venían de las tabernas o comercios, lo primordial era dejarlas limpias para volverlas a llenar. Esto se hacía en dos grandes barreños de chapa, en uno de ellos se ponía agua con sosa o jabón y en el otro únicamente agua. Se metían las botellas en el primer barreño y se fregaban con unos cepillos redondos de fácil acceso a todos los recovecos de las botellas y se enjuagaban con agua limpia en el segundo barreño. Así pasaban a las cajas para ponerles el jarabe y de nuevo llenarlas.
Las botellas se ponían en cajas de 24 botellas, es decir, dos docenas, como se vendían por entonces.


LAS BOTELLAS DE UN LITRO

Éstas se empezaron a llenar por los años 60 y cambió todo el sistema de embotellado. Los ingredientes del jarabe eran los mismos pero con la proporción adecuada para el tipo de botella.
El llenado se hacía a contrapresión, un sistema más moderno que permitía llenar cuatro botellas al mismo tiempo. La saturadora ya era semiautomática pues tenía motor y no teníamos que darle a la rueda. El jarabe se ponía con una bomba manual que aspiraba de la garrafa de arroba la medida justa para cada botella.
En esta época también cambió el sistema de lavado, y se empleaba una máquina lavadora con agua a presión. Se componía de dos depósitos, uno de agua con sosa cáustica y otro con agua limpia. Las botellas iban pasando intermitentemente y al igual que en el proceso manual primero pasaba por el depósito de sosa en el que una bomba a presión cogía el agua y les inyectaba por dentro y por fuera. Seguidamente pasaban por el depósito de agua limpia y una bomba les inyectaba esta agua de la misma manera. Al final del proceso pasaban a través de una pantalla iluminada y unos chorros de agua las terminaban de aclarar. Por último se ponían en cajas para ponerles el jarabe.

La normativa para botellas de un litro y de un tercio exigía que todos los fabricantes grabasen en éstas su nombre y marca. Nosotros escogimos la “Torre del Reloj” como distintivo de la fábrica, serigrafiada en blanco en todas las botellas. También se renovó la forma de taparlas cambiándola por un tapón de porcelana con una goma que ajustaba en la boca de la botella y un sistema de llave en alambre acerado que permitía cerrar herméticamente.



En aquellos años también hubo otras fábricas de gaseosas en Huete, como la de Mariano Grande, Félix Bermejo y Vicente Díaz. Antes de la guerra civil existieron otras, sus propietarios eran Juan Francisco De La Cruz, Tomás Leis y Adolfo Millán.


LA DISTRIBUCIÓN

En los primeros años, los clientes venían a recoger las gaseosas a la fábrica porque los medios eran escasos. El transporte que utilizaban eran borricas, carros y galeras. Los que venían en borrica traían las botellas sueltas en el serón, unas ocho docenas (4 cajas). Llegaban desde Mazarulleque, La Peraleja, Villanueva de Guadamejud, Valdemoro del Rey, Portalrubio, Moncalvillo, Saceda Del Rio...etc.
A Huelves, Paredes, Vellisca, Caracenilla, Bonilla, Castillejo del Romeral y Cuevas de Velasco se mandaban en el tren, con un carro llevábamos las cajas de dos docenas a la estación y les poníamos unas etiquetas con el nombre del destinatario.

En los años 60, cuando cambió el tipo de botellas y empezaron las de un litro y un tercio con tapón de porcelana, cambió también el sistema de distribución. Otros fabricantes empezaron a servirlas con vehículos propios y una vez más nuestra fábrica tuvo que ponerse a la altura de la competencia. El primer vehículo que utilizamos fue una camioneta “Ford 4” (de “pedales”) y más adelante cambiamos por un camión “Avia” de 2.500kg de carga en el cual podíamos transportar mas de 100 cajas de un litro o de un tercio.

Hacíamos varios recorridos, por ejemplo, si el lunes íbamos a unos pueblos el martes lo empleábamos para lavar y llenar las botellas vacías que habíamos traído el día anterior. El miércoles otro recorrido y así sucesivamente.

En Huete se servían cualquier día y también a casas particulares, para ello utilizábamos un carrillo o carretilla. Por el precio de 2,50 ptas se les llevaba una caja de 10 botellas de un litro y por 3 ptas la caja de 24 botellas de un tercio.

Con la llegada de “La Casera”, “Revoltosa”, “Coca-Cola”, “Pepsi” y otras marcas, la fabricación en estas pequeñas empresas fue disminuyendo y fueron absorbidas a su vez por estas grandes.





Pascual Martínez Martínez. VolOptenses
Septiembre - 2004

miércoles, 12 de enero de 2011

martes, 4 de enero de 2011

RECORDANDO...

VolOptenses. La experiencia personal
Ciudad Real, 30 de Septiembre de 2005
FORMA. Foro de las Personas Mayores

Me llamo Pablo y soy voluntario cultural del grupo VolOptenses; así nos presentamos todos en el ejercicio de nuestra actividad; vengo a transmitirles nuestra experiencia personal representando a todos mis compañeros: Emiliano, Paca, Jesús, Laura, Tere, Quiteria, Luisa, Ramón, Agustín, Luis, Pascual, Nino, Jesús, Gabi, Lourdes, Socorro, Guillermo, Paco, Feli, Charo, Julio, Pepe y Mari.

En primer lugar tuvimos conocimiento de este tema a través de la propuesta de la Directora del Centro a los miembros del Consejo: la primera reacción fue de sorpresa y aceptación inmediata. Nuestra tarea era transmitir la idea a otros socios compañeros del Centro que se distinguían por su participación e interés por aprender, aunque se hizo una convocatoria general. Al mismo tiempo se presentó el programa a los medios de comunicación con la presencia del Delegado Provincial y la coordinadora del curso. Esta fase nos permitió ir conociéndonos a través del intercambio de nuestras inquietudes.

Iniciamos nuestra formación, como ya se ha dicho, en Febrero de 2.003. Tomamos conciencia más tarde de la envergadura de lo que entonces era sólo un proyecto. Nuestras primeras reacciones fueron de sorpresa, de impotencia para llevar a cabo ese programa.
Primero tuvimos que conocer el significado de la palabra “voluntario” que nos llevaría a firmar un documento con el compromiso de ejercer de manera altruista, con plena disponibilidad y en formación permanente.

La respuesta más común era “soy muy mayor, yo no tengo ya memoria, no voy a ser capaz de hablar en público…” pero poco a poco el contagio de la ilusión se hizo visible. Teníamos lo más importante: el amor a nuestra tierra, y era muy sencillo el objetivo: transmitir ese amor a los demás; para ello debíamos conocerla a fondo.

Muchos hemos nacido en Huete, otros hemos pasado gran parte de nuestra vida y, sin embargo, lo más cercano, lo cotidiano, nos era desconocido. Nuestra edad oscila entre los 60 y los 77 años; somos doce hombres y once mujeres, entre ellos varios matrimonios: amas de casa, funcionarios, profesionales del comercio, maestras, industriales, agricultores, ferroviario, albañil y guardia civil. La formación académica es la que entonces se consideraba básica, salvo las dos tituladas en Magisterio. Sólo cinco personas, a través de iniciativas de los programas Leader y Proder 1 habían participado en cursos parecidos que no llegaron a producir un grupo consolidado y con formación continua, como el de VolOptenses, compuesto sólo por Mayores.

Todos coincidíamos en lo mismo: “¡cuántas veces he pasado por este monumento y no he visto los detalles!, ahora lo veo con otros ojos y me gusta enseñárselo a los demás”, “subía de chico a dar cuerda al reloj de la Torre y ahora me entero de quién la construyó”, “nunca me he preguntado quién era el personaje que nombra esta calle”, “estoy aprendiendo ahora todo lo que no he aprendido antes”, “cómo me voy a examinar a mis años, tengo la mente en blanco, tierra trágame, dichosa televisión…”,”tengo ganas de aprender porque dejé la escuela demasiado pronto”.

El caso de Lourdes, maestra jubilada y vol-optense es excepcional: había participado en otro curso similar que había despertado en ella la necesidad de transmitir y mostrar a los demás la tradición de su familia. Así nació el Centro etnográfico “La Fragua”, la recreación de la antigua fragua de su padre al que le dedica un homenaje permanente. Dos voluntarias, Charo y Gabi, que soy yo, que gestionan sus casas rurales como alojamientos turísticos, están descubriendo la repercusión de su actividad al poder ofrecer a sus huéspedes un servicio que mejora su estancia.

Conforme avanzaba el curso íbamos descubriendo capacidades ocultas, como la posibilidad de asimilar conocimientos extraños hasta entonces: de historia, arqueología, arte. Nos permitía ser alumnos de profesionales de diferentes materias que valoraron nuestro interés por aprender.
También pudimos aprender de otros voluntarios culturales que nos contagiaron su entusiasmo: si ellos habían podido, nosotros podíamos y queríamos.

Comenzó nuestra actividad no sin cierto desorden, guiados por el deseo de involucrarnos al máximo. Las visitas eran atendidas por un número excesivo de voluntarios, ante el temor de descuidar tareas de atención de los bienes culturales, sobre todo en los museos, y por experimentar cuanto antes el contacto con los visitantes.

Así vimos la necesidad de organizarnos internamente y para ello se designaron tres coordinadores que asumieron las funciones de organización del grupo, designación de guías, coordinación con la Oficina de Turismo y con la Dirección del Centro.
Reconocemos cierto escepticismo de algunos convecinos, pero sólo al principio: ahora incluso nos recomiendan si se encuentran con algún turista despistado. Bien es cierto que el Ayuntamiento siempre nos ha animado y prueba de ello es su iniciativa de visitas guiadas los sábados, atendidas mayoritariamente por VolOptenses. También hemos de mencionar a la Asociación cultural Ciudad de Huete, promotora de muchos eventos culturales, que confió desde el principio en nosotros y solicita cada año nuestra colaboración en la Jornada de puertas abiertas del patrimonio de Huete. También el Colegio “Campos de la Alcarria”, el Instituto “Ciudad de Luna” y la Escuela “El Batán” demandan anualmente nuestro servicio en sus visitas con los alumnos.

Hasta la segunda fase de formación en el 2.004, nos dedicamos a ampliar conocimientos por nuestra cuenta, exponiendo en grupo los temas y alternando las exposiciones por distintos recorridos de la ciudad. Estas reuniones eran un elemento de cohesión y de fomento de las relaciones personales entre los voluntarios.

Al mismo tiempo iniciamos una campaña de difusión denominada “visita Huete”, enviando cartas, más de cien, a todas las Asociaciones y Centros de Mayores de Cuenca y a todos los Centros del resto de las provincias de la Comunidad: se enviaba también un folleto divulgativo proporcionado por la CEATE y otro turístico de la ciudad. Actualmente utilizamos nuestro propio folleto divulgativo del programa, y que ustedes pueden coger en este FORO.
Por las mismas fechas comenzamos a elaborar un trabajo etnográfico que aún nos ocupa, sobre costumbres, tradiciones, oficios perdidos, gastronomía, contado en primera persona, desde la perspectiva de nuestra memoria viva.
Sin plazo pero sin pausa será nuestra contribución a una parte de la historia de nuestra ciudad. Muchos han sido los hechos y personajes importantes, pero la vida cotidiana, la familia y el trabajo, forman parte también de la historia no escrita y nosotros queremos contarla; porque “difundir la cultura es recuperarla, conservarla y desarrollarla”.

En cada visita que atendíamos aprendíamos cosas nuevas, advertíamos errores que luego corregíamos y solventábamos dificultades con soluciones improvisadas; por ejemplo, si algún grupo se retrasaba en la hora concertada, escuchábamos amablemente su justificación adaptando la visita a su tiempo real.

Reconocemos ahora que el recorrido del primer año fue principalmente experimental y fue en la segunda fase donde afianzamos nuestro aprendizaje y nuestro compromiso. Comprobamos el reconocimiento institucional con la visita del Consejero para la clausura del segundo curso. Fue una sorpresa ver en la web de la Junta las imágenes y el texto de esa visita: imaginaos a hijos y nietos presumiendo de padres y abuelos y a éstos pasando el mensaje “busca en el guguel “volOptenses” y sale”. Distintos diarios provinciales y la revista semanal Crónicas de Cuenca, con un amplio reportaje, se hicieron eco del tema; también la Revista Solidaridad en el número del mes de Julio y el semanario digital Línea Social. Por primera vez experimentamos los nervios de las entrevistas en radio y televisión, poco a poco superados.

Para seguir avanzando, la formación en este último año nos ha permitido perfeccionar nuestro contacto personal con los visitantes: hemos mejorado las técnicas de comunicación con ellos y entre los propios voluntarios.
Hay que tener en cuenta que atendemos grupos y personas con diferentes perfiles: niños, jóvenes, mayores, discapacitados, estudiantes de varios niveles, universitarios, investigadores, profesionales de distintos campos. Partimos del principio de que cada visita es única y diferente. El contacto con personas de distintas procedencias nos permite aprender de sus propias valoraciones: ha sucedido que algún voluntario ha estado explicando el Museo de Arte Contemporáneo a un licenciado en Bellas Artes y el intercambio personal les ha enriquecido a ambos. La mayoría de estos visitantes con una formación que nos supera, reaccionan con admiración ante nuestra actividad. Como anécdota les cuento que tras una visita guiada, el voluntario quedó impresionado cuando la visitante al despedirse se presentó como la ministra de Educación Mª Jesús Sansegundo. También hay visitas que nos dejan un poso de sensibilidad especial: hemos descubierto la ternura de los discapacitados psíquicos y el esfuerzo de las personas que los atienden: en concreto señalamos la visita de un grupo de sordo ciegos por el impacto que nos produjo.

Nuestra colaboración también ha servido para la elaboración de un DVD sobre el patrimonio de Huete, trabajo de clase de alumnos de la Universidad de Castilla-La Mancha. Esperemos que hayan conseguido buena nota.

Otras visitas que atendemos se relacionan con eventos que se celebran en la ciudad: congresos, actividades lúdicas y deportivas, jornadas comarcales patrocinadas por Instituciones o entidades, etc.



Puesto que nos interesa la repercusión de nuestra actividad en el desarrollo turístico de la ciudad, llevamos un control cuantitativo y cualitativo de las visitas que guiamos; el año 2.003, de Marzo a Diciembre, atendimos 23, la mayoría eran grupos. En el año 2.004 fueron 71, incrementadas por la iniciativa del Ayuntamiento de visitas guiadas gratuitas en sábado, con lo que los grupos reducidos o familiares hicieron aumentar el total de visitantes. En este último año se aprecia un equilibrio en cuanto a número de visitas de grupo o reducidas, contabilizándose hasta la fecha 75 con una media anual de los tres años de 1.300 visitantes. Hay que apreciar el significado de estas cifras teniendo en cuenta que Huete es una población de 2.500 habitantes.
Como conclusión, nuestra valoración se centra en los siguientes puntos:
Aprendiendo hemos descubierto capacidades que creíamos perdidas, reforzándose nuestra memoria y nuestra autoestima.
Asimilamos plenamente el significado de “voluntario”: Algunas veces hemos de superar el afán de los turistas por compensar nuestra actividad; con amabilidad les hacemos ver que precisamente nuestro prestigio y nuestra satisfación se basa en el carácter voluntario de nuestra actividad. Así ha crecido nuestro reconocimiento social por instituciones, vecinos de Huete, familiares y visitantes.
Ha crecido el grado de compañerismo en el grupo permitiéndonos crear nuevos lazos de amistad.
Nos acercamos más y mejor a los jóvenes y notamos su respeto una vez superada la primera impresión de extrañeza. Tanto es así que a muchos de nosotros nos ha permitido un mayor acercamiento a hijos y nietos; notamos el orgullo que les produce la actividad del abuelo.
Otra aportación que recibimos es saber valorar lo nuestro sin comparaciones: cada lugar tiene su encanto, lo nuestro no es lo mejor. Hemos descubierto nuestra historia y nuestro patrimonio y queremos compartirlo con los demás; de esta manera crecemos nosotros y aportamos nuestro granito de arena al crecimiento de nuestra tierra.
Realmente lo que nos llena es saber que los visitantes se llevan la mejor imagen de nuestra ciudad: el valor de sus gentes por su acogida.
También hemos aprendido que aunque demos nuestro tiempo, nuestros conocimientos, pocos o muchos, nuestra compañía...¡Es mucho más lo que recibimos!
Por supuesto que es gratificante ver que te están escuchando con atención, que valoran tu dedicación; pero es mucho más todavía empaparte en la alegría que comunican esas personas que aun carentes de varios sentidos, como en el mencionado grupo de sordo ciegos, nos dan un hermoso ejemplo de interés, de entusiasmo y de ilusión por la vida.
En este momento nos centramos en mantener el compromiso, superar dificultades de continuidad, mantener los conocimientos y consolidar nuestro grado de autonomía. Somos partidarios de lo que significa el concepto de “envejecimiento activo”: que los mayores, desde la participación, tengan un papel relevante en la sociedad.
Nos gustaría que hubiera más grupos como el nuestro en Castilla-La Mancha. Sabemos ya de un proyecto presentado por la empresa Participación Rural Viva para la comarca de Moya, provincia de Cuenca.
Estamos dispuestos a prestar nuestro apoyo a futuros voluntarios culturales, a transmitirles nuestra experiencia y nuestro entusiasmo. Desde nuestro Centro de Mayores:

BIENVENIDOS A HUETE CON VOLOPTENSES


Ciudad Real, 30 de Septiembre de 2.005
FORMA. Foro de las Personas Mayores


Leen la ponencia: Pablo Pastor, Gabriela Mora, Jesús Reneses y Lourdes Parrilla.
 

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...